Con motivo de la pandemia del coronavirus COVID-19 nuestra Cofradía está realizando un Triduo en Rogativa a Ntro. P. Jesús Caído. Nuestra cofradía realiza cada día del Triduo su correspondiente ejercicio para que lo podamos realizar desde casa.

Hoy, domingo 22 de marzo, realizamos el segundo ejercicio del Triduo. Con nuestra oración pedimos por todos los enfermos y afectados por la pandemia del coronavirus.

Ejercicio del segundo día del Triduo

Oración inicial

¡Oh, Señor y Dios mío! Animado por vuestra infinita bondad
y por los continuos favores que otorgáis
a los que imploran delante de vuestra Imagen,
misericordia y perdón, ¡Oh Jesús!

A vos acudo,
que por nosotros tres veces caíste camino del Calvario,
para ofreceros mis humildes gracias y
presentaros mis súplicas.

Confieso haberos ofendido; pero arrepentido,
propongo ayudado de vuestra gracia enmendarme en lo venidero.

Movido, pues, de estos sentimientos, os ruego,
¡Oh mi buen Jesús!,
que, por los dolores de vuestra Pasión,
atendáis las súplicas que os dirijo en este triduo, y movido por tu gran amor alcance la salvación. Amén

Ejercicio

Casi sin vida llegó Jesús al Calvario cargando la Cruz y lo clavaron en la cruz. Entre gritos e insultos, lo levantaron después en alto. Al oír las injurias de sus enemigos, levantó el Salvador la voz y pidió para ellos el perdón y para nosotros la salvación

No fueron los judíos, Oh paciente Jesús mío, los que os crucificaron, sino mis pecados. Por eso diré de continuo: Jesús mío, misericordia.

Medítese, pídase la gracia que se desea conseguir y récense  Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te
alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final

¡Oh, dulce y amado, Jesús Nazareno!
Al considerar vuestro amor
y la bondad con que me habéis acogido en este día,
un grito de gratitud se escapa de mis labios
y la presencia de vuestra misericordia embarga mi alma.
Por ganar mi amor bajaste a la tierra
y sufriste toda clase de penas y trabajos y muerte de cruz. Por mí también, te quedaste en el Sacramento del altar, queriendo ser nuestro manjar,
consuelo y perpetuo compañero.
Por nuestro amor,
en esta Imagen que nos recuerda que tu redención
está en rebajarte hasta someterte a la muerte
y muerte de Cruz.
Hoy te decimos ¡Gracias, Señor, por todo!,
y a fin de corresponder a tu gran amor,
te pido la gracia de cumplir siempre tu voluntad,
y vivir y morir en tu amor. Amén.